DOS RESTOS ARQUEOLOGICOS
QUICIOS:
Estos quicios terminaron, en la parte superior, en tres almenas, donde se encajaría el palo de madera sobre el que gira en el eje de la puerta. Están montadas sobre una pieza de plomo en forma de prisma, bajo la cual se prolonga el cuerpo del quicio.
El quicio tiene que ser suficientemente resistente para aguantar el peso de la hoja que tiende a girar al rededor del pernio inferior, trabajando a tensión de los superiores. Para resistir a este último esfuerzo debe estar fijo al resto del marco y este sólidamente empotrado en la obra de fábrica. El quicio va labrado en escuadra para que la puerta al cerrarse se ajuste en el cerco.
Material: Bronce.
Dimensiones: 11,6 x 17 cm ( cada una ).
ÁNAFORA:
Anáfora de forma ovoidal, llamada Tarraconense 1/Laietana 1, es una de las primeras producciones locales de este tipo de envase utilizado para contener y transportar vino. Tiene el borde marcado y un poco abierta con un pequeño reborde exterior, sin ello. El cuello y las asas son cortos, las asas tienen una doble línea incisa. Pie marcado. Conserva parte del engobe blanco . Es de las pocas piezas enteras de esta forma encontrada en Beatulo.
Aparecen por primera vez en las costas del Lìbiano y Siria, durante el siglo XV ac y se extienden por todo el mundo antiguo. Fueron empleadas primero por los egeos, en la ciudad cretense de Knossos, y mas tarde por los antiguos griegos y romanos como principal medio de almacenamiento de la uva, el vino, las aceitunas, el aceite de oliva, los cereales, el pescado y otros productos básicos, también salsas de pescado, tipo garo.
En el dominio de la arqueología, la anforologia es una especialidad muy desarrollada. La existencia de un gran numeró de anáforas, su evolución de larga duración y una vasta zona de uso en la Antigüedad, constituye un elemento muy importante de datación.
Aunque mayoritariamente són de cerámica también las ahí de metal y de otros materiales .
Material: Cerámica a torno.
Dimensión: 80 X 34 cm.
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